Los médicos de Ceuta secundan la huelga nacional “para evitar que la sanidad colapse”
Huelga de médicos
Más de una veintena de facultativos se han concentrado a las puertas del HUCE en el primero de los cuatro días de paro estatal para exigir al Ministerio una regulación propia de su profesión
España pierde cada año entre 300 y 500 médicos, según datos de la Organización Médica Colegial (OMC). En 15 años, más de cinco mil facultativos se dieron de baja de su colegio profesional para emigrar a otros países. “La fuga de talento es un síntoma de una crisis sanitaria profunda. No nos den alas para volar, dennos tierra donde sembrar raíces”, pidió este martes la residente en Medicina del Trabajo del Hospital Universitario de Ceuta (HUCE), Arianni Chacón, tras desglosar los datos de huida de su colectivo profesional hacia otros sistemas donde sí cuidan “a quienes lo sostienen”. La especialista en formación ejerció como portavoz de los 27 Médicos Internos Residentes (MIR) del clínico de Loma Colmenar. En nombre de ellos habló para explicar “por qué la huelga nacional es un acto de responsabilidad, no de confrontación”. Un paro convocado “no para detener la sanidad, sino para evitar que colapse definitivamente”.
Más de una veintena de doctores se desplazaron a las puertas del HUCE cuando rondaban las 11:30 horas para participar en la concentración organizada por la asociación Médicos Unidos por sus Derechos (MUD) para el primero de los cuatro días de huelga, convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). En su mayoría, concurrieron a la cita aquellos profesionales que debían trabajar en servicios mínimos -según los cuales deben atender las urgencias, aunque no las citas o cirugías programadas-. Desde la organización de la protesta se informó a la prensa local de que todas las cirugías programadas para este martes han sido suspendidas, con excepción de una de ellas, al tratarse de un paciente oncológico de gravedad que no consideraban “ético” suspender. El resto de intervenciones quirúrgicas previstas para esta jornada, de Cirugía General, Ginecología y Oftalmología, fueron canceladas.
Fuentes de la Atención Especializada del HUCE han garantizado a El Pueblo de Ceuta que el seguimiento ha sido “masivo”. Aún queda conocer las cifras oficiales que ofrecerá a lo largo del día el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), cuyos datos aportados acerca del último paro médico -el 3 de octubre- fueron cuestionados por el Sindicato Médico de Ceuta. INGESA decía que tan solo 11 médicos se habían sumado a la huelga, mientras la organización sindical cifraba el seguimiento en más de 50 y recriminaba a la institución haber forzado unos “servicios mínimos excesivos”. Este martes, los médicos de Ceuta han denunciado que los servicios mínimos suponen “el 40 por ciento de la plantilla” de algunos servicios, debido a los pocos profesionales con los que cuentan.
Lo puso de manifiesto el anestesista del HUCE Javier Carroquino, que intervino antes de la residente en representación de la entidad convocante de la movilización, cuya delegada en Ceuta, la oftalmóloga Kumari Nanwani, no pudo estar presente. El especialista arrancó su intervención garantizando que una huelga nacional no es algo que les “agrade”, pero no han hallado otra forma mejor de decir “basta”. Según denuncian, durante décadas se han intercalado diferentes gobiernos que, por igual “se han aprovechado” del “componente vocacional” de la Medicina, forzándolos a aceptar condiciones laborales que “terminan quemando a los profesionales” y provocándoles cuadros de “estrés, depresión y una tasa de suicidio por encima de la media de otras profesiones”. Con jornadas de 48 horas semanales o guardias obligatorias de 24 horas que no cotizan para la jubilación. La situación no es nueva, pero ahora los médicos han dicho “hasta aquí hemos llegado”.
El porqué de la huelga
“El ejercicio de nuestra profesión está regulado por un estatuto marco que es el mismo para todos los profesionales sanitarios. Sin embargo, nuestros horarios y condiciones laborales nada tienen que ver con las de otras categorías”, afirmó el anestesista para resumir los motivos de una huelga estatal de cuatro días que supone la tercera convocatoria de paro de médicos en lo que va de año con el mismo objetivo: exigir al Ministerio de Sanidad una regulación de su profesión independiente al resto de categorías del Sistema Nacional de Salud (SNS). Las condiciones laborares de todo el personal dependen del Estatuto Marco de 2003, que el Gobierno está trabajando en actualizar, presionado por los sindicatos con representación en las mesas de negociación con el Ministerio -sindicatos de clase y el de Enfermería: SATSE-FSES, FSS-CCOO, UGT, CSIF y CIG-Saúde-.
Todos ellos luchan por un nuevo texto que mejore el régimen de trabajo de la totalidad de la plantilla del SNS. Los médicos, por su parte, se han desmarcado de esa batalla para librar la suya propia. Como explicó este martes Javier Carroquino, debido a que los facultativos no tienen las mismas “condiciones” ni “horarios” que el resto de categorías, piden una regulación que haga justicia a sus especificidades. Además, reclaman ser interlocutores directos con el Ministerio ya que, en la actualidad, no se sienten representados en las mesas de negociación, al tratarse de un colectivo “minoritario” en los hospitales -los médicos representan en torno al 16% del personal del SNS-. “No tenemos capacidad para negociar cambios ni mejoras, y así llevamos toda la vida. Es por ello que nuestra mayor reivindicación es conseguir un estatuto marco propio para nosotros”, defendió.
El anestesista informó de que, mientras el conjunto del funcionariado lucha con el Gobierno una reducción de la jornada laboral a las 35 horas semanales, a los médicos les van a exigir “de 45 a 48 horas semanales”, aunque advirtió que “en muchos casos van a ser muchos más”. Además, comunicó que son “el único colectivo sanitario que hace guardias de 24 horas de manera obligatoria”. “Las guardias no son opcionales, son obligatorias”, remarcó. Para más inri, las horas de trabajo durante las guardias no cuentan para la jubilación. “24 horas metidos en el hospital, pero no cotizan. ¿Cuál es el motivo, señora ministra?”, esbozó, para después señalar que, pese a no cotizar, “por supuesto, pagan impuestos”.
Además, esas horas son “peor pagadas que las ordinarias”. Continuó diciendo que en los servicios con pocos facultativos el número de guardias mensuales “es muy elevado”, hasta alcanzar, en ocasiones, la decena al mes. “Hagan la suma de cuántas horas trabaja un médico en un hospital de difícil cobertura como el de Ceuta”, invitó a la ciudadanía. Recordó que existe un límite de horas permitidas al año, pero denunció que “muchos compañeros se han visto obligados a superarlo sin recibir ninguna compensación y con total impunidad por parte de la administración”.
Aseguró que en el Hospital de Ceuta hay especialistas que han trabajado “hasta 2.800 horas en un año, y a la dirección le ha dado exactamente igual”. Mención aparte le merecen las guardias localizadas -aquellas en las que el médico no tiene que estar presencialmente en el hospital, pero sí localizado en caso de urgencias-. “Estás pendiente del teléfono por si tienes que venir al hospital, con el impacto que esto supone, por ejemplo, en familias con niños pequeños. Esas horas en las que no puedes disfrutar de tu tiempo con tranquilidad tampoco se contabilizan en ningún cómputo ni cuentan para nada”, relató.
Las horas de descanso, según el anestesista, se reducen al día posterior a la guardia, mientras otras profesiones “disfrutan de varios días de descanso”. El doctor se dirigió directamente a quienes gestionan la sanidad de Ceuta para reclamarles que implementen las medidas necesarias para hacer “más atractiva” la ciudad para otros médicos en virtud de la declaración de sus puestos de trabajo como de Difícil Cobertura. Y recordó que en Atención Primaria la saturación “es extraordinaria”, llegando sus profesionales a atender “hasta 50 pacientes en una jornada de trabajo”. “El tiempo que se le puede dedicar a cada paciente es a todas luces insuficiente, no es de recibo ni para el médico ni para el paciente”, expresó.
“El ministerio no pone soluciones reales a ninguno de nuestros problemas”, se quejó, para después criticar que su “única ocurrencia” haya sido “habilitar a otros profesionales sanitarios para que se hagan cargo de determinadas patologías”. Habló en clara alusión a la Enfermería, cuyo marco competencial se está viendo incrementado desde que hace unos años Sanidad comenzara a publicar unas guías que abren la puerta a que las enfermeras puedan prescribir determinados medicamentos. A los médicos, según Carroquino, no les parece “en absoluto buena idea”. “La formación de otras categorías no se puede comparar ni equiparar a la nuestra. Dejar la atención de ciertos problemas de salud a otros colectivos con menos preparación va en detrimento de los pacientes, y pacientes somos todos, incluidos nosotros, nuestros padres, hijos y demás seres queridos. Esa no es la solución”, defendió.
Los residentes
Especialmente crítica con la gestión del Ministerio fue también la residente Arianni Chacón, cuyo discurso supuso el colofón final de una concentración que, según está previsto, se repetirá cada día de huelga: “El estatuto propuesto por la ministra de Sanidad -Mónica García- amenaza con desmantelar este futuro que acabamos de conseguir con tanto esfuerzo”. La futura médica del Trabajo garantizó que no se trata de “dinero”, sino de “dignidad profesional y seguridad asistencial”, la de los pacientes. Enfatizó en que menos médicos supone “menos tiempo de atención” y “más lista de espera”. “Esta huelga es nuestro grito de alarma. No seremos ignorados, no seremos menospreciados, no permitiremos que el sistema nos siga denigrando. Pedimos condiciones justas para poder servir mejor a la población. Pedimos estabilidad y formación de calidad, y un estatuto que dignifica la profesión médica”, expresó.
La médica aprovechó para dar a conocer a la población las condiciones de los MIR. Destacó que cubren guardias nocturnas desde las tres de la tarde hasta las ocho de la mañana. O que todos los días del año hay un residente en urgencias. Un residente de primer año atiende una consulta general “cotidianamente”. Pero no reciben complementos por nocturnidad ni turnicidad ni tienen derecho a disfrutar de un “descanso adecuado”. “Como mucho, 24 horas”, afirmó. Y al día siguiente deben volver. Realizan entre cuatro y seis guardias mensuales. De ellas, las primeras ocho horas se incluyen en su sueldo –“uno bastante bajo”-, y las otras 17, en Ceuta, a los residentes se les paga 15 euros la hora, y no cotizan para la jubilación.
También criticó la residente una de las propuestas más polémicas incluidas en los primeros borradores del Estatuto Marco consistente en obligar a los médicos a trabajar en exclusiva para el sistema público durante los cinco años posteriores a finalizar su MIR. Además, la administración debía decidir el destino del facultativo. “Sin posibilidad de elegir nuestro futuro, a dónde vamos a trabajar, donde la conciliación familiar no existirá para ninguno de nosotros”, sostuvo Chacón. “Nuestras enfermeras jóvenes que se forman en la universidad se marchan por falta de estabilidad. Los médicos jóvenes vivimos algo similar, contratados veinticuatro horas en la urgencia, quizás tres o cuatro meses si tienes suerte, y algún día una interinidad si llega”, dijo.
“La inestabilidad crónica destruye vocaciones. Somos la generación de relevo que cuidará de ustedes durante los próximos veinte años. Sus urgencias, sus enfermedades crónicas, sus hijos y sus padres. No somos médicos ignorantes. Ser médicos estudiantes significa que investigamos, analizamos, desarrollamos nuevas técnicas para garantizar su salud, y nuevamente la administración es un obstáculo para nosotros”, continuó la residente. También puso de relieve la infrafinanciación de la investigación sanitaria. En España se invierte solo el 1,49% del Producto Interior Bruto (PIB) en ella, mientras en el resto de Europa la media es de 2,25%. “Si las condiciones no mejoran, la sanidad seguirá perdiendo profesionales. Los residentes no somos el futuro prometido, somos el futuro que necesita ser protegido el día de hoy”, añadió, para concluir después con un mensaje “en tono muy personal”:
“Por último, y en tono muy personal, muchos de los residentes no tenemos el mismo acento que la población ceutí o la población española. Yo personalmente soy venezolana de nacimiento, y vi cómo un país próspero se derrumbó en tan solo veinte años, por descuidar sus servicios públicos. Hace dos años adquirí la nacionalidad española, y por eso me siento en derecho de pedirles a todos cuidémonos los unos a los otros, cuidemos lo que tenemos. La sanidad y la educación son pilares que no se pueden abandonar. Por una formación sanitaria digna y de calidad, por favor, cuiden de quien los cuida”.